Ésta ha sido la imagen que he tenido ante mis ojos este fin de semana. El Grupo Comunicar (grupo de docentes preocupados por la educación y la comunicación) ha tenido este fin de semana una reunión en Granada, concretamente en el Carmen de la Victoria... y las vistas no podían ser mejores: primera línea de la Alhambra de Granada.
Además de haber disfrutado con la vista, he podido disfrutar con la compañía y conversación de los compañeros de Andalucía. Y, lo que aún es más importante (si cabe), se han puesto de manifiesto las inquietudes del grupo y planificado actividades para llevar a cabo en los próximos meses. Quiero destacar también que ha sido un placer escuchar la conferencia de Enrique Martínez-Salanova, de Comunicar Almería, sobre Educomunicación.
Un placer...
Ana, no he podido resistir el encanto de la imagen y viendo que esta me trae cantidad de buenos recuerdos y sensaciones he preferido comentar en ella.
ResponderEliminarLa sensación al mirarla es aún mayor si me acuerdo que solo hace diez días estuve en una de la ciudades más hermosas del mundo, a mi parecer y al de muchos, que yo creo serán demasiados.
Comentar que ya antes había estado en Granada, y que desde el primer día me quede maravillada por la ciudad y las vistas. Pero ha sido esta última visita en la que he situado esta imagen en lo más hondo de mi retina. Cuando una amiga, granadina ella y a la que admiro como a nadie, me comentó: “Os voy a llevar al mirador de San Nicolás”, nunca pensé que las vistas fueran tan espectaculares. Salimos de casa temprano con cuentas de subir al mirador de día pero por suerte o por desgracia nos entretuvimos bastante por la ciudad y mientras nos íbamos acercando cada vez más al barrio de Albaicín se nos hacía de noche. Maravillada por la espectacularidad de las vistas y de sus calles, iba aumentando la impaciencia a cada paso que me llevaba en la subida al mirador. A todo ello le sumamos la sensación de ir con amigos, la familiaridad, la confianza y el poder compartir todo aquello, hacia que las sensaciones fueran irremplazables. Por fin llegamos al famoso mirador. No me dio tiempo a quejarme por todo lo caminado en el día cuando vi tal estampa. La imagen de la Alhambra por la noche, a mi parecer, supera todas las expectativas de lo que podrían ser las mejores vistas del mundo. Todo acompañaba. Los amigos, las risas; la espectacularidad del paisaje, el contraste de ese magnífico monumento medieval morisco junto a una ciudad postrada a sus pies; una luna llena, más grande que nunca; sinceramente todo parecía ser de mentira. Pero no lo fue.
Granada es sin duda una ciudad muy turística debido a todos sus monumentos y la estación de esquí en Sierra Nevada. Aunque el mérito lo protagoniza de La Alhambra, la obra más característica de la ciudad.
¿Qué no es un placer en Granada?