
Estos días se ha celebrado en Burgos un congreso iberoaméricano sobre redes sociales. En él se ha dicho, entre otras muchas cosas, que las redes sociales son sinónimo de libertad y que por eso en las dictaduras intentan controlarlas.
Estoy de acuerdo en que las redes sociales son libertad de expresión (no de información, este último derecho lo tienen unicamente los profesionales de la información) y por supuesto que existe la cibercensura. Sin embargo, no debemos sucumbir a la tecno-utopía... Es decir, estar en redes sociales es un ejemplo de libertad de expresión y de participación, pero no pensemos que por estar vamos a conseguir nuestros objetivos. Ni las nuevas tecnologías ni las viejas son, per se, la solución... hay muchos "dependes" y factores influyentes.
Un buen ejemplo de esto ha sido la Ley Sinde: los internautas se movilizan como grupo de presión para intentar cambiar la Ley. Tienen un objetivo claro y hacen uso de su libertad de expresión... pero finalmente todo se viene al traste cuando se produce un acuerdo entre partidos políticos.
Cambian los soportes, ahora los grupos de presión usan intenet, pero no las estructuras de poder. Por eso, no sucumbamos a la tecno-utopía y pensemos que todo es posible con internet.
Estoy totamente deacuerdo contigo, hoy en día se piensa sobre las redes sociales como una herramienta de comunicacion. Y se esta muy equivocado, ya que nos sirven como herramienta de libertad de expresión.
ResponderEliminarRepasando un poco la historia de la publicidad y las RRPP en la perspectiva política y a nivel institucional, observo que estamos en una situación muy parecida a la que se dio allá por los años 50 y 60, cuando apareció la televisión como instrumento fundamental para las elecciones.
ResponderEliminarLos políticos comenzaron a darse cuenta del poder de los medios, todavía no sociales, para convencer e influir en la opinión pública.
Así, lo que empezó Franklin Delano Roosevelt, utilizando la radio como instrumento para convencer a la gente de que las medidas de su plan del New Deal contra la crisis del 29 eran tan impopulares y tan malas como se pensaba, a través de un programa de radio durante varios capítulos, a modo de "Tengo una pregunta para usted", formato más actual de TV, pero como serial de radio.
Ya en los 50, la aparición de la televisión fue toda una revolución desde el aspecto de las relaciones públicas, y por supuesto, de la publicidad, que cedió las técnicas de periodismo y de publicidad a las acciones de relaciones públicas. De esta manera, la televisión se postuló como el medio del futuro, aunque no todos los candidatos a la presidencia de EEUU optaron por usarla; Eisenhower por ejemplo, sí vio su oportunidad, y utilizó la TV para mostrarse él mismo en un programa llamado "Eisenhower responde", el cual se emitió en 40 estados. En 39 de ellos ganó.
Nixon fue de los que más pagó y acusó la gran exigencia estética y de preparación que la TV requería, y luego supo aprender de su error y utilizarla pero para bien, años después, mucho más preparado. Así les ocurrió también a los demócratas, que en un principio no utilizaron este medio, y lo notaron negativamente en sus resultados.
Todo esto me recuerda a esta situación actual que ya hemos vivido y que vivimos desde hace unos años. Las anteriores elecciones ya se recuerdan como las "elecciones del Facebook" para algunos, por la importancia de ese posicionamiento de los candidatos en redes sociales, las cuales estaban en su clímax de conocimiento hace un par de años.
Quien estaba ahí, ganaba popularidad, acercamiento con el público, un cierto guiño de los jóvenes por utilizar sus plataformas "ciudadanas" para comunicarse. Pero ya no es así. Los medios sociales están en auge, y sin duda, son el presente, no solo el futuro. Ya no vale con hacer nuestro perfil con dos fotos, y dos links hacia nuestras webs. Debemos gestionar esa imagen, esa reputación online, y que todo lo que hagamos conste de un contenido de calidad, con una filosofía de conversación, y no sólo de que nos vean.
Ese feedback comunicativo es muy importante, de modo que en las siguientes elecciones, el que tenga un Facebook o un Twitter, ya no será un dato demasiado relevante. La relevancia y el punto a ganar que se dirime será cuál de los candidatos tiene una mejor estrategia en medios sociales, cómo se nos presenta, y si realmente la gente puede obtener un "beneficio social", unas relaciones naturales de alguna manera con ellos, o si se vuelven a presentar como un ente un peldaño por encima. Ellos, como todos, se deben ganar su reputación paso a paso.
Esa oportunidad que vieron los candidatos republicanos en esa labor de Relaciones Públicas con tintes publicitarios, para convencer a la opinión pública, y mostrarse como fuente de información principal de uno mismo en la televisión, y que Nixon no supo aprovechar en un primer momento, es lo que puede en las siguientes elecciones ser la clave para el voto ciudadano. También se veía a la televisión como instrumento indefenso y pobre en ese momento por algunos...y salieron perdiendo.
Por ello, este ejemplo sirve para ver cómo solo van cambiando los medios y soportes, pero el contenido siempre es el mismo, pero hay que adecuarse por ello a lo nuevo y a lo que tenga más relevancia,tanto porque nos pueda favorecer mucho como perjudicar, y no ser tan escépticos con la entrada de estos nuevos medios o soportes.